Una de las iniciativas que podemos vincular con la actividad Enrique en el campo empresario fue su participación en la comisión arquidiocesana pro ayuda a Europa
En 1947 Pío XII envía una carta a los cardenales Santiago Copello, arzobispo de Buenos Aires, y Antonio Caggiano, obispo de Rosario, exponiendo el drama de Europa de la posguerra y haciendo un pedido de colaboración a Argentina para el envío de ropa, alimentos y medicamentos. El Cardenal Santiago Copello solicita colaboración a los fieles para socorrer a la Europa de la posguerra. Como respuesta, se constituye dentro del ámbito de la Acción Católica una “Comisión Pro Ayuda a Europa”, presidida por la señora Sara Benedit de Pereda, presidenta del Consejo Superior de la Asociación de Mujeres de la Acción Católica, e integrada por los presidentes de los organismos superiores y arquidiocesanos de la ACA.
Desde esta comisión se organizó la recolección de ropa, medicamentos y alimentos en Buenos Aires y otras diócesis del país, recibiendo una gran cantidad de donaciones.
Según relata el mismo Enrique Shaw años más tarde, el trabajo en esta Comisión será un nexo importante para que comience su labor en el mundo empresarial, ya que una vez concluida la labor específica de la Comisión algunos de los empresarios que participaron manifiestan la idea de seguir trabajando juntos, no ya para asistir a Europa, sino para hacer empresarios más cristianos, para responder a los desafíos del momento: por un lado, las exigencias de una nueva profesión, la de dirigente de empresa distinta de la visión paternalista del antiguo patrón y, por otro lado, estudiar el modo de acercar al mundo empresario la Doctrina Social de la Iglesia.
ACDE surgía como el fruto indirecto de la caridad y la obediencia a la jerarquía.