1993

Misión Empresarial

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Inspirada en el contundente mensaje del Papa Juan Pablo II en su visita a Argentina en 1983, una década más tarde ACDE asumió como propia la reivindicación del rol social del empresario en la sociedad, que se tradujo en una de sus primeras y más relevantes actividades: La misión evangelizadora llamada Misión Empresarial, que tuvo como protagonistas a siete mil personas entre dirigentes y sus cónyuges.

Las huellas que dejaron esta actividad fueron inspiradoras: los dirigentes como cocreadores con Dios, la empresa como una comunidad de personas, el equilibrio entre empresa y familia, el foco en la coherencia de vida, el ejercicio práctico de la virtud de la solidaridad, la persistencia de los comportamientos éticos, entre otras que marcaron el accionar posterior de ACDE.

El testimonio de Luis Riva, expresidente de ACDE -líder de este proyecto y entusiasta narrador de esta experiencia evangelizadora hasta sus últimos días-, resume el propósito de esta iniciativa: “la Misión fue un momento único: salir del círculo de ACDE y proyectarnos hacia la comunidad empresarial, trascender hacia la sociedad en múltiples formatos de difusión. Fue impactante la participación de numerosos socios y allegados, inspirados por las reflexiones del Papa Juan Pablo II en su visita a la Argentina en 1987. Se generaron numerosos grupos multi-religiosos que expandieron la voz de ACDE y a la vez, nos nutrimos de la experiencia y fuimos fortalecidos en nuestra fe compartida”.

«Misión Empresarial» fue una iniciativa evangelizadora que tuvo lugar en 1993. Recuperando una experiencia similiar que tuvo años anteriores el empresariado chileno, ACDE llegó a involucrar miles de personas a través de grupos de reflexión misionera sobre los valores cristianos en la vida empresaria.

Inspirados en una iniciativa similar que se había desarrollado en Chile en 1991, ACDE trajo al país la misma metodología que tanto fruto había dado del otro lado de la Cordillera. Fue durante 1992 que la iniciativa fue tomando forma en la comisión directiva de ACDE y se propuso formalmente a los Obispos, que la hicieron propia en el mes diciembre.

Los obispos nombraron una comisión responsable que fue liderada por Luis Riva (en ese momento, vicepresidente de la Asociación) e integrada por Carlos Sabatté, Jorge Rodríguez Aparicio, Gabriel Mayor, Eduardo López Rivarola, Carlos Latugaye, Rodolfo Iribas, Enrique Gobbeé, Héctor Estruga, Federico Dumas y Héctor Beccar Varela. Con el asesoramiento espiritual del padre Rafael Braun. Pero la multiplicidad de voceros y protagonistas en medios de comunicación excedió esta lista. Prácticamente no se repiten los protagonistas en notas de diarios nacionales mostrando un liderazgo que fue capaz de empoderar y comprometer a muchos que unieron sus voces a la manera de un coro por la Misión.

Técnicamente, ACDE le propuso la misión al arzobispo de Buenos Aires y éste la asumió como una convocatoria eclesial, a través de un decreto publicado el 7/12/1992. Ya no se trataba de una iniciativa de ACDE sino de la Iglesia toda de Buenos Aires que, a su vez, le delegaba a ACDE el impulso y coordinación. De hecho, se convocó a los movimientos e instituciones laicales para que participen activamente a través de lo que hoy es el DEMEC, el Departamento de Movimientos Eclesiales de la arquidiócesis. Por caso, el entonces presidente nacional de la ACA, Carlos Sabatté estaba en la comisión organizadora. La mayoría de los obispos del área metropolitana, junto con muchos del interior del país, imitaron la iniciativa del Cardenal y formalizaron la misma convocatoria en sus iglesias particulares.

Después de una pre-misión realizada en junio de 1993, durante los meses de septiembre y octubre de ese año se organizaron grupos constituidos por 8 empresarios, con sus esposas o esposos si los había, liderados por Coordinadores que habían sido previamente seleccionados y capacitados.

Esos grupos realizaban siete reuniones semanales, en las casas de familia de los mismos integrantes y con un orden del día milimétricamente determinado para evitar improvisaciones: se iniciaban con videos de 10 minutos que había elaborado el recordado Horacio Diez, motivando a la meditación y reflexión evangélica sobre el tema que convocaba.

Esta iniciativa tuvo un despliegue fenomenal de recursos: 100 dirigentes que constituyeron el núcleo de la Misión, convocaron y formaron en una pre-misión a 800 animadores que presidieron igual cantidad de grupos, nucleando en total a unos 7.000 participantes.

Misa de clausura de 1993

La misa de clausura, realizada el 10 de noviembre de 1993 en el Luna Park para evocar aquel lugar de encuentro con Juan Pablo II fue presidida por el Cardenal Antonio Quarracino y reunió a más de tres mil personas. Debe aclararse que la Misión se extendió a ciudades como La Plata, Córdoba, Rosario, Mendoza, Paraná, Bahía Blanca, Mar del Plata y Venado Tuerto que tuvieron también sus propios actos de cierre.

En el acto de lanzamiento, el entonces presidente de ACDE, Eduardo Casabal, afirmó que la Misión era una respuesta al llamado a la nueva evangelización que había realizado el papa Juan Pablo II en la conferencia de Santo Domingo en 1992 y que buscaba encarnar en la vida económica del país, los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Los siete temas de las reuniones de la misión estaban referidos a la santidad de la vocación empresarial, pero a la luz de la entonces reciente encíclica social del papa Juan Pablo II, Centesimus Annus. “El Evangelio como primera fuente de reflexión y las encíclicas sociales de la Iglesia, en especial Centesimus Annus”, afirma uno de los folletos elaborados.

Luego de la misión, Luis Riva fue presidente de ACDE en el período 1993-1997 y también vicepresidente de UNIAPAC latinoamericana y miembro del Consejo Directivo de UNIAPAC internacional. Su última participación fue pocos días antes de su muerte, en el reciente encuentro organizado en Montevideo.

En una entrevista que ACDE le realizó a Luis Riva antes de su fallecimiento, éste señaló que la Misión “fue el primer gran movimiento de proyección pública que tuvo ACDE en su historia” y “un eco del inolvidable encuentro del papa Juan Pablo II con los empresarios durante su visita a la Argentina de 1987”.

Oración de la Misión Empresarial 1993

Señor Jesús,
que nos has convocado a esta Misión
para llevar tu mensaje
de paz, de amor y de vida
a nuestras empresas y familias,
venimos con humildad y entrega
a ponernos a tu servicio

Junto a Ti queremos alabar a nuestro Padre
por la bondad y belleza de la creación,
darle gracias por los dones recibidos,
y ser co-creadores de su obra
por medio del trabajo creativo, responsable y honesto.

Envía tu Espíritu a nuestros corazones
para que su fuerza, su alegría y su luz
laven nuestras manchas,
curen nuestras heridas
y rieguen nuestra aridez.

Que El nos dé la audacia y nos ilumine
para vivir y proclamar tu Evangelio
en el mundo de la empresa,
y así contribuir a llevar este mundo
a la casa del Padre Dios.

Que María, Madre tuya y Madre nuestra,
nos enseñe a creer, a esperar y a amar.

Amén.