Jorge Martín Dithurbide

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Jorge Martín Dithurbide nació en Bahía Blanca el 14/5/1926 y murió el 14/8/2014 en Buenos Aires, a los  88 años. Era hijo de Martín Dithurbide y de María Susana Forgue.

Se trasladó a Buenos Aires para cursar sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, donde se recibió de Abogado.

En 1952 se casó con María Dolores Mercedes Barrau, con quien formaron una familia de 14 hijos, 24 nietos y al momento de su fallecimiento había llegado a conocer a Greta, su primera bisnieta. Uno de sus hijos fue el presbítero José, recientemente fallecido, que fuera sacerdote del clero diocesano en San Isidro y durante muchos años asesor nacional de la Acción Católica Argentina. 

La vida familiar transcurrió en un entorno de fe y  generosidad con el prójimo.

Fue profesor titular ordinario de la Universidad Católica Argentina, presidente nacional y arquidiocesano de Buenos Aires en la Federación de Centros Universitarios de la Acción Católica Argentina, desde 1947 a 1956. Luego de trabajar en la JUC, se afilió a la Democracia Cristiana de  Buenos Aires, donde ocupó el cargo de director del Centro de Estudios. También fue candidato a Diputado Nacional por el mismo partido. 

En su vida apostólica fue presidente diocesano del Movimiento Familiar Cristiano (MFC) en San Isidro, miembro del Consejo Superior de los Hombres de la Acción Católica Argentina y profesor de Doctrina Social de la Iglesia en el Seminario Diocesano de San Isidro.

Fue socio fundador de ACDE y miembro de la entidad hasta su baja, el 13-5-1983.

En mayo de 1955 durante la persecución religiosa, es detenido y llevado a prisión por ser dirigente católico. Incomunicado en la cárcel durante varios días, comparte la misma celda con Enrique Shaw y otros dirigentes. Su familia recuerda esos momentos de incertidumbre con tristeza,  pero a su vez se generó entre los detenidos un vínculo muy estrecho y fraterno. En particular, con Enrique Shaw a quien siempre recordó con la certeza de su santidad. 

Tras su muerte, se publicaron sus “Reflexiones filosófico-teológicas”. En ocasión de presentarlas, el Obispo emérito de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto escribió que “estos escritos que ahora presento, constituyen sin duda un legado que no sólo nos permitirá conocer más a su autor, sino que nos ayudarán a que se concreten los ideales que alentaron a tantos a traducir los valores evangélicos al orden social. Deseo a todos los lectores de estas reflexiones, el mismo bien que me han hecho a mí”.