Lucas Francisco Ayarragaray

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Nació en Buenos Aires, el 18-3-1908 y falleció el 29 de enero de 1981, también en Buenos Aires, a los 73 años. Era hijo de Sofía Piñeyro Ruiz Huidobro y Lucas Ayarragaray Viera, un médico y político que tuvo activa participación en la vida pública del país hasta los años ´40, siendo diputado por el Partido Autonomista Nacional. 

De él, nuestro fundador tomó el compromiso con la vida pública, participando en política a través del partido Demócrata Cristiano, del que fuera miembro fundador y primer presidente de su Junta nacional, en el año 1954. 

Fue elegido Convencional Constituyente en 1957 y candidato presidencial en las elecciones de 1958, en las que la fórmula Ayarragaray-Horacio Sueldo, obtuvo el tercer lugar con el 3,5% de los sufragios (285 mil).

Se casó con Carmen Nazar Anchorena y tuvo 7 hijos: Carmen Sofía, Beatriz María, Adela María, María Teresa, Cecilia María, Jorge Lucas e Ignacio José.

Inició sus estudios de abogacía en Roma y los completó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, egresando en 1932 como Abogado, especializándose luego en Derecho Civil. 

Ejerció la docencia como profesor de Derecho Civil en el Instituto de Cultura Religiosa Superior y de Sociología en el secretariado de la Acción Católica. Fue miembro de los Directorios de Bodegas y Viñedos Giol, de la sociedad Domingo Barthé, de Estancias del Litoral Cambá, estancia “El Hornero” y de la editorial del Atlántico.

Asimismo, fue dirigente nacional del Consejo Superior de los Hombres de la Acción Católica Argentina, siendo presidente en el trienio 1940-1943. En las publicaciones de Concordia del año 1952, se lo lee comprometido en los temas de familia y activo en la argumentación jurídica contra la ley de divorcio que fuera sancionada en 1954 y siendo, además, organizador y presidente de la Primera Conferencia de Abogados Católicos. 

Socio fundador de ACDE, fue dado de baja el 16-3-1971

“Si yo fuera presidente”

Para la campaña presidencial de 1958, la revista Primera Plana entrevistó a los candidatos y les pidió que respondan la pregunta del título. Allí, junto con Arturo Frondizi, Ricardo Balbín y Alfredo Palacios entre otros, se lee lo que pensaba nuestro fundador en materia económica, pensamiento que mantiene toda su vigencia: “Nuestra política económica se basa en la libre iniciativa privada y en la función supletoria e integradora del Estado, tendiente esta última a asegurar una economía al servicio del nombre, la primacía del trabajo sobre el capital y la subordinación del lucro a la moral y al bien común. En el orden inmediato, la recuperación económica del país requiere ante todo una severa adecuación de los gastos e inversiones públicas a nuestras posibilidades; la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, condicionando todo aumento de los medios de pago al crecimiento de la producción; el estímulo de ahorro para la capitalización básica; la creación de concesiones positivas jurídico-económicas para la inversión de capitales extranjeros; un plan orgánico de capitalización y tecnificación del agro; una política de vigoroso desarrollo de las fuentes de energía, que para nosotros son inalienables, sobre la triple base del reconocimiento de los derechos provinciales, el apoyo más amplio e incondicional a Y.P.F., y la colaboración complementaria del capital privado en las zonas no exploradas”.