Nació el 2-7-1931 en Luján, provincia de Buenos Aires y falleció el 11-3-2018, en Buenos Aires, a los 86 años. Fue enterrado en el cementerio de Villa Flandria. Era el sexto de los 16 hijos del pionero Julio Steverlynck y de su esposa María Alicia Gonnet. Al igual que su padre y su hermano mayor Alois, fue uno de los socios fundadores de ACDE. El menor de todos los fundadores y el último en partir a la Casa de Padre.
Casado con María Laura Esteves, con quien compartió 58 años de matrimonio, tuvo 5 hijos, 16 nietos y al momento de morir tenía una reciente bisnieta.
Se educó pupilo en el Colegio Marín de San Isidro, entonces a cargo de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y egresó como Licenciado en Economía de la UBA. Fue un ejemplo de hombre cristiano cabal. Durante su vida contribuyó con el Serra Club (dedicada a fomentar vocaciones sacerdotales), el Servicio Sacerdotal de Urgencia (guardia nocturna mensual durante 60 años el 11 de cada mes, el mismo día en el que murió pasada la medianoche), Cáritas (Consejo Nacional), los Cursillos de Cristiandad (varias veces Coordinador o “Rector”), dictó cursos prematrimoniales en parroquias y fue Caballero de la Orden de Malta, entre otras actividades e instituciones.
Trabajó muchos años con mano derecha de su padre Julio en Algodonera Flandria S.A. y otros negocios, y en paralelo creó numerosas empresas en diferentes sectores. Asimismo, fue asesor impositivo de empresas en relación con casos complejos, en su calidad de socio del prestigioso estudio impositivo Steverlynck Navarro y Asociados.
Era asiduo feligrés en Las Esclavas del Sagrado Corazón, frente a la Plaza Vicente López, en la cual se reconocía su presencia al ingresar al templo por su voz baritonal de cantante lírico. Fue un hombre mariano. De rezo diario del Rosario, se emocionaba al hablar de su “Madre del Cielo” y diariamente dedicaba una decena a cada uno de sus cinco hijos Se despidió de esta tierra en el preciso instante que su esposa terminó de rezar, junto con él y como todos los días, el Santo Rosario.
Tuvo una larga trayectoria académica, siendo titular de la cátedra de macroeconomía durante muchos años en la Universidad del Salvador y la UCA. Con dominio de 11 idiomas, incluidos latín y griego, una destacada cultura general y dueño de un “saber poco común” – como lo definió Julián Marías – fue un ávido lector y prolífico escritor de libros de filosofía, economía, historia y religión. Su último libro fue sobre la “Historia de Villa Flandria” que presentó allí en 2016, donando el producido de varias ediciones a la Parroquia San Luis Gonzaga, que su padre había construido para el pueblo hace cerca de 80 años.
El recuerdo de su hijo
Al momento de su muerte, su hijo Jorge Steverlynck, lo recordó en una columna escrita en el portal Empresa de ACDE que se puede consultar en https://acde.org.ar/la-comunidad-de-acde-despide-a-uno-de-sus-fundadores-jorge-maria-steverlynck/. En ella recordaba la valoración que su padre tenía por ACDE: “Luego de muchos años de ausencia en ACDE, casi a modo de despedida, acompañé a mi padre al Encuentro Anual de 2016. Quedó sumamente impresionado por la calidad del encuentro. Es que él era un convencido de la presencia real del Espíritu Santo en el grupo humano que conformaba ACDE, y como tal, veía a la institución realmente como una obra de Dios. Muchas veces me contó cómo le impresionaba la gran profundidad que tenían los debates sobre la responsabilidad y el rol del empresario, alentada por la sabiduría del Padre Moledo y potenciada por el aporte de los socios y sus esposas. Decía también que los congresos locales e internacionales (UNIAPAC) eran extraordinarios, con una activa participación espiritual”